En fechas recientes, he tenido la oportunidad de conocer el trabajo de Andrés José Castrillón relativo a la planeación participativa para el desarrollo del turismo en Popayán y su provincia, el Cauca. Esta experiencia, desarrollada a partir del espacio universitario, es un ejemplo claro de lo que todo académico puede y debe hacer para llevar la reflexión sobre la realidad, y sus propuestas de acción, al centro de la realidad misma.
Es común al mundo académico, del cual yo mismo he formado parte, restringir su función social al estudio y análisis de lo que ocurre en el entorno, siempre desde la asepsia del laboratorio, y con esporádicas apariciones en el mundo real para ofrecer sesudos veredictos y utópicas soluciones a los problemas que constituyen el debate público. Con ello hemos logrado que, la gran mayoría de las veces, las posturas académicas se asuman, por gran parte de los actores sociales, económicos y políticos, como arrogantes, ajenas y poco prácticas.
América Latina inició el siglo XXI esperanzada en cambiar por medio de la participación democrática y ello obliga a las instituciones académicas a asumir un rol más activo en las cuestiones de orden cotidiano, como interlocutores válidos, ante los actores tradicionales de la política, la economía y el poder.
La experiencia que Castrillón nos refiere en esta obra, ilustra que es posible hacerlo desde las universidades e involucrar a los trabajadores de la academia, trabajadores al fin, en procesos prácticos y útiles de gestión del desarrollo, como actores legítimos y con resultados útiles. Su experiencia servirá de referente para todos aquellos interesados en llevar el conocimiento de los centros de pensamiento a los centros de decisión en nuestros países, tarea ardua pero muy necesaria.
SERGIO RODRIGUEZ ABITIA
Director de Desarrollo de Segmentos Especializados
Secretaría de Turismo Estados Unidos Mexicanos
México D.F., Noviembre de 2009
domingo, 17 de enero de 2010
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